Flexibilidad, mejora en la comunicación,
interrelación, calidad de vida son
algunos de los factores que conforman los nuevos espacios de trabajo.
Apuntalados por la imagen corporativa y nuevas formas de realizar la tarea, la
cultura organizacional asiste a cambios en sus instalaciones.
En el diseño de
los espacios de trabajo se produce un mix de diversos factores en donde las
necesidades de las personas, la imagen corporativa o bien la formación de
equipos se entrecruzan para dar forma a la disposición de la oficina moderna.
En esta tarea un grupo de profesionales como arquitectos, ergónomos,
diseñadores, ingenieros industriales, entre otros, buscan la mejor ecuación
para lograr un balance en el cual los colaboradores puedan desarrollar la tarea
y al mismo tiempo se sientan parte de la organización. Lejos de ser un área
exclusiva de mantenimiento, o bien una decisión de la alta gerencia, la
conformación de los lugares hoy también involucra a recursos humanos y hasta a
los propios colaboradores.
Pero también la modalidad
de trabajo cambió. Tecnología mediante se afianzan nuevas formas que
posibilitan cumplir con los objetivos. De esta forma se imponen el teletrabajo y el
coworking que, con fines diferentes, también rediseñan el espacio de trabajo.
Víctor Feingold,
CEO de Contract Workplaces, dice que “estamos en una época particular y la
forma en la que se trabaja está cambiando a una gran velocidad de la mano de la
tecnología. Somos trabajadores nómades o portables y esto cambia las reglas del
juego”. Con oficinas en Argentina, Uruguay, Chile, Perú y México, ofrecen
soluciones a empresas como Mercado Libre, Banco Industrial, Nextel, entre
otras. Temas como el crecimiento demográfico, el desarrollo de las ciudades y
los consecuentes problemas para movilizarse junto con la amplia gama de
opciones de comunicación y la descentralización de servicios son las
características que señala Feingold al referirse al cambio.
Pero también
surgen otros factores como ser el poder contar con un espacio en donde
desarrollar una actividad y al mismo tiempo compartir ideas y relacionarse con
otras personas sin importar la actividad que se realiza. Es así que los lugares
de coworking atraen cada vez más a emprendedores, Pymes y hasta equipos transdisciplinarios
de grandes corporaciones. Juan Pablo Russo, cofundador de Urban Station,
comenta que cuando comenzaron; hace 6 años, “teníamos la percepción de que
nuestros clientes podían venir de lado de los diseñadores. Hoy el público es
heterogéneo y uno puede encontrarse con una psicóloga dando una sesión con
Skype o equipos de grandes corporaciones trabajando en nuestros lugares”. Tal
fue el crecimiento del proyecto que ya cuentan con sucursales ubicadas en
puntos estratégicos de Buenos Aires como San Telmo, Palermo, el microcentro y
Pilar. Pero también desarrollaron un modelo de franquicia que les permitió
llegar a México, Chile y Colombia.
En obra
Al momento de
encarar el diseño del lugar de trabajo se deben tener algunas consideraciones.
Según Julieta Ferrari, kinesióloga y fisiatra por la UTN y responsable del Área
de Ergonomía de Kiné, “hay que
comprender el trabajo que se realiza para actuar y obtener mejor calidad de
vida y rentabilidad”. Con esta información la ergonomía se encargará de
estudiar la forma en que se deben disponer los objetos y cómo deben ser éstos.
“Es necesario hacer un trabajo de campo, hablar con la gente” para saber cómo
usan el espacio, dice Ferrari. En este sentido desde Contract diseñaron una
metodología propia denominada Work Place Strategy para identificar las
necesidades y funciones del nuevo puesto. “Realizamos encuestas a toda la
organización, entrevistas, tomamos en
cuenta la identidad de la empresa porque
la oficina es como un cartel publicitario en tres dimensiones. Además nos
nutrimos de ejemplos a nivel mundial de la industria para la cual preparamos el
trabajo”, dice Feingold.
Desde Great
Place to Work Argentina, que toman como base el vínculo entre los jefes y los
empleados, señalan al espacio de trabajo como el lugar en donde se desarrolla
esta relación. “El diseño del espacio debe tener en cuenta el perfil de la
gente que está trabajando, que favorezca la comunicación, que esté alineado con
los valores corporativos de la empresa”, dice Valentina Pérez Aguirre; Gerente
de Investigación y Desarrollo de la consultora. Al mismo tiempo señala que
estos parámetros, que inciden en la calificación como “Mejor lugar para
trabajar”, permiten colocar a la persona en el centro y así mejorar su calidad
de vida.
Este involucrar
y tener en cuenta a las personas en el diseño de espacios de trabajo genera que
“los responsables de Recursos Humanos trabajen como socios del facility
manager”, dice Julián Albinati; Director del Programa Facility Management de la
Universidad de San Andrés (UdeSA) y miembro de la comisión directiva de la
Sociedad Latinoamericana de Facility Managment, porque además de generar un
buen espacio para trabajar funcionan como atracción y retención de talento. “En
el momento en donde la variable salario está mediado por negociaciones
sindicales, las empresas utilizan otros recursos para tener a los mejores”,
dice Albinati. El facility managment, que se podría traducir como administrador
de instalaciones, es en definitiva el encargado de monitorear y analizar las
funcionalidades futuras de un espacio de trabajo. Para el profesor de UdeSA
“las obras no se terminan, se abandonan. Atrás viene el facility manager y hace
funcionar ese espacio”. Pero también,
según Ferrari, se trabaja en conjunto con el área de seguridad e higiene y con
el departamento médico. “Esta metodología permite, desde el aprendizaje
ergonómico, que la gente se reincorpore entre diez y treinta días antes a sus
tareas”. Por eso desde Kiné, como forma de extensión al buen diseño del
espacio, dictan charlas sobre postura corporal tanto en el trabajo como en el
hogar.
Recomendaciones
Desde la ergonomía
se clasifica, básicamente, a las tareas en aquellas de manejo de peso, las de
movimiento repetitivo y los puestos administrativos. Para cada una de ellas
existen especificaciones determinadas.
Tomando la
última, las administrativas, la especialista de Kiné señala algunos errores que
se cometen al momento de seleccionar el mobiliario de una oficina. En este
sentido aclara que el escritorio debe permitir mover las piernas de la persona
que trabaja y los pies deben estar apoyados en el piso. En cuanto al teclado de
la computadora no se deben colocar porta teclados. Además de debe utilizar la
profundidad del escritorio para que el antebrazo se encuentre apoyado y evitar,
de esta manera, el estrés de muñeca. Por otra parte el monitor debe regularse
en altura de forma tal que la pantalla quede justo en donde la cabeza y la
vista adquieren una posición recta y erguida. “Cuanto más regulable es un
puesto de trabajo es mejor. Nosotros terminamos acomodándonos a las cosas
cuando en realidad ellas se deben acomodar a nosotros”, dice Ferrari. Y finaliza
diciendo que todos los días, debido a los cambios que se pueden producir al
limpiar el puesto de trabajo, se debe tomar tiempo para volver a la regulación
ideal de cada persona.
En lo que
respecta a la disposición general de la oficina, Feingold remarca que la
división por departamentos está dejando de ser tan importante dado que hoy se
trabaja más procesos. Otro factor que señala el especialista es tomar
conciencia de cuanto y como se usan las salas de reunión, “esto habla de la
dinámica de trabajo”, dice el representante de Contract.
Pero también hay
que atender factores que hacen a la calidad de vida de las personas en el
desarrollo de su tarea. En este sentido la calidad del aire, la iluminación, la
temperatura son variables a considerar. “Los espacios se enferman, tal vez no
desde lo físico pero sí desde lo psíquico”, dice Feingold. Desde UdeSA hacen
hincapié, como complemento, de cuidar la contaminación visual, “una forma es
usar carteleras para comunicar, de esta forma se logra orden”, cierra Albinati.
Otro de los
componentes que hacen a la calidad del puesto son las denominadas áreas
soporte, es decir aquellas que crean lugares en los cuales en principio se
puede descansar o relajarse de la tarea. Las llamadas áreas de descanso surgen
en la década del 90 con el ideal de la oficina abierta y la introducción de los
procesos informáticos. Desaparecen sectores dedicados al archivo de papeles y
se comienzan a utilizar el vidrio o los paneles de baja altura para delimitar
las oficinas. De esta forma se buscaba la integración de las diferentes
personas y el trabajo en equipo. Hoy este deseo se ve motorizado por las áreas
de encuentro. En estos lugares no es raro encontrar desde una mesa de ping pong
o alguna consola de video. En realidad
de lo que se trata es que la gente se relaciones y pueda distenderse para
continuar con su tarea. Para Feingold
“es un tema cultural que va evolucionando. Antes la cafetería estaba en el
lugar más incómodo porque no querían que la gente se instale a tomar café y
pierda tiempo. Hoy están en el mejor lugar de la oficina donde la gente se
puede sentar a hablar. Se entendió que pasan cosas en el break que son
importantes”.
Un ejemplo de
este tipo de oficinas lo constituye Mercado Libre. El portal de comercio
electrónico tiene 14.000 M2 distribuidos en Buenos Aires, Córdoba y San Luis y
emplea a 900 personas. Lucila Siboldi Bengolea, Supervisora de Office
Management de Mercado Libre, dice que el diseño se guió por la idea de
“democratizar el espacio, somos una empresa de puertas abiertas”. Al tiempo que
describe que todos los puestos son iguales “el CEO o la persona que recién
ingresa a la compañía tienen el mismo escritorio”. En cuanto al equipamiento
decidieron ambientarlo con un “toque hogareño”, de esta forma es posible
encontrar cortinas de lino, madera y almohadones. “En el perímetro están los
escritorios para que reciban la luz natural y en el centro las áreas de reunión
y descanso”. Otra característica es que en aquellos lugares en donde las
oficinas se extienden en dos plantas, se cancela el ascensor y se construye una
escalera interna para permitir el paso de un sector al otro. “De esta forma
fomentamos que la gente se encuentre”, dice Bengolea. Todas estas decisiones en
realidad surgen de las encuestas y los comentarios de los propios empleados.
“Ellos son los que usan las instalaciones y por eso las valoramos tanto”,
finaliza la responsable de Mercado Libre.
Otro ejemplo lo
constituyen las oficinas que desde hace casi dos años tiene SC Johnson en la
zona norte de Buenos Aires. El edificio fue certificado con las normas Leed (Leadership
in Energy & Environmental Design) en la categoría Gold desde su proceso de
construcción. Estas normas establecen
procesos que guían la edificación y diseño de edificios para que éstos sean
sustentables desde el punto de vista económico y ambiental.
Entre las
particularidades que presentan las oficinas de Johnson, Daniel Lucarella, Director
de Recursos Humanos de SC Johnson, señala que todos los espacios cuentan con
luz natural y el sistema de iluminación artificial regula en forma automática
la cantidad de luz necesaria para realizar la tarea. Además los servicios de
refrigeración funcionan con energía solar. “La certificación fue una decisión
corporativa y se trabajó para mejorar los espacios de trabajo y el cuidado del
ambiente. Estas características ya estaban presentes en la casa matriz de la
empresa. Siempre se cuidó mucho el tema de la arquitectura, el entorno y el
bienestar de las personas”. Al tiempo que recuerda que la construcción
norteamericana fue diseñada por el arquitecto Frank Lloyd Wright, precursor de la llamada arquitectura
orgánica, quien fue responsable de obras como el Museo Guggenheim de Nueva
York. Esta corriente arquitectónica justamente pone el énfasis en la
integración del entorno con el nuevo edificio generando armonía entre
naturaleza y construcción.
En cuanto al
interior de las oficinas y su disposición, Lucarella comenta que se buscó
generar una vista abierta mediante el uso de paneles de vidrio para las
oficinas gerenciales y se crearon grandes plantas libres para favorecer la
movilidad de las personas. El mobiliario es ergonómico y se dispusieron lugares
con sillas altas para que la gente pueda decidir trabajar de pie o bien tener
una reunión informal en estos espacios. “Mejoró mucho el clima de trabajo. La
espacialidad nos dio una sensación que permite bajar las revoluciones”, dice el
Director de RRHH.
Entre los
servicios con los que cuentan los empleados se pueden destacar el jardín
maternal, el estacionamiento cubierto para todos los empleados, lugares de
esparcimiento, cafetería, entre otros. “El fin del edificio es mejorar la vida
de los empleados y hacer la tarea más eficiente”, finaliza Lucarella.
Tendencias
Con el ingreso
de nuevas generaciones a las organizaciones se producen cambios culturales que
modifican el entorno laboral, pero también la forma en que se realiza la tarea.
Es así como hoy es posible encontrar lactarios, gimnasios, máquinas
expendedoras de alimentos saludables, entre otros. “Antes una oficina Clase B
contemplaba solamente tener un espacio para agua y café, hoy el nivel de
servicios es mayor”, dice Albinati y ejemplifica que por ley las empresas en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires deben entregar frutas a los colaboradores. Pero
también señala que hay mayores costos que en realidad no son tales dado que el
rendimiento de la gente mejora y por ende su productividad.
Otra tendencia
es la de no asignar un escritorio fijo a las personas, sino que éstas llegan a
su puesto y eligen donde sentarse. “Antes había una cosa de control que ahora
no está presente. La persona llega y se sienta donde más le gusta y esto
aumenta el compromiso”, dice Pérez Aguirre.
En esta búsqueda
de nuevos escenarios para mejorar la productividad y el clima laboral, los
espacios de coworking se posicionaron como lugares tanto de emprendedores y
Pymes como de grandes empresas. Martín Frankel, que en el 2009 fundó ÁreaTres y
hoy cuenta con tres locaciones en el barrio de Palermo, dice que entre sus
clientes se encuentran corporaciones que alquilan su espacio para formar
equipos de trabajo con el foco en la innovación. “El concepto de coworking fue
evolucionando, hoy se pone mucho el acento en lo que es la comunidad que se genera
en estos lugares. Las empresas y los emprendedores se relacionan y se nutren
unos de otros”.
Los espacios de
coworking trabajan por medio de una membresía que permite utilizar cualquiera
de las locaciones y se puede acceder tanto a lugares más privados con salas de
reunión o bien a espacios comunes en donde se conecta la notebook y se puede
comenzar a trabajar. “Todos los muebles, tanto de las oficinas como de los
espacios comunes, tienen ruedas es decir que se arman de la forma que más le
convenga al cliente”. Otra tendencia que está comenzando a utilizarse en
Argentina es el standing task (trabajar parado). “Hace siete años en Silicon
Valley se comenzó a imponer esto, nosotros lo estudiamos y diseñamos
especialmente el mobiliario para poder ofrecerles esta modalidad a los clientes.
El objetivo es mejorar la posición y beneficiar la salud al pararse y moverse”,
dice Frankel.
Aprovechando la
ventaja de poder mover los escritorios y mesas, y como forma de maximizar el
espacio al tiempo que se agregan beneficios para los asistentes, Frankel
recuerda que en las horas donde baja la afluencia de personas que están
trabajando se programan capacitaciones o charlas motivadoras.
Un punto
fundamental en AreaTres lo constituyen los lugares de esparcimiento al aire libre,
“sirven para cortar un poco, cargar pilas e intercambiar ideas”, dice Frankel.
Además adelanta que para el segundo trimestre del año inaugurará un nuevo local
que tendrá 5.000 M2 y contará con mesas de ping pong y hasta una sala para dormir la siesta. “Si se
quiere subir la propuesta hay que sumar servicios”, finaliza Frankel.
Esta idea de
brindar comodidades también está presente en el local de Palermo Hollywood de
Urban Station. Ubicado en el polo audiovisual de la Ciudad, decidieron generar
un entorno temático. “Tenemos sala de edición que se puede alquilar, un
microcine con gradas y salas de producción”, comenta Russo. De esta forma las
productoras de ese barrio porteño tienen la ventaja de contar con estos lugares
para nuevas presentaciones o bien para albergar a los colegas extranjeros en el
momento de realizar una coproducción. “También lo utilizan como locación para
filmar”, agrega.
El concepto de
diseño que está presente en Urban Station es el de “democratizar la oficina y
que el lugar produzca diferentes estímulos”. En este sentido se trabajó en
crear plantas flexibles que favorezcan la interacción de los clientes. Se
eligió el color amarillo para decorar el lugar, “irradia energía, te indica
algo, por donde pueden estar pasando las cosas”, dice Russo y como complemento
el rojo. En cuanto al mobiliario, y luego de consultar a arquitectos;
escenógrafos y decoradores, el trabajo fue encargado a un estudio de ingeniería
industrial. “Buscábamos que los muebles reflejen esa flexibilidad que debía tener
el lugar”.
Despacho,
oficina, cubículo parecieran hoy ya no ser apropiados para nombrar a los
espacios de trabajo. Un entramado de servicios, relaciones, colores, luz
natural, calidad de aire se mezclan para dar paso a un nuevo concepto de planta
abierta y flexible. Tal vez, como dice Albinati, la palabra más cercana sea
barrio, el barrio de Marketing, de Legales, de Recursos Humanos. Esta
denominación, lejos de ser caprichosa, justamente remite a la pertenencia; a
las relaciones; a lo conocido; al intercambio conformando un ecosistema en
donde el bienestar personal redunda en la mejora de la producción, la calidad y
la innovación.
Publicado en Anuario Editorial Dossier 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario