viernes, 27 de enero de 2017

En busca de una idea


Incubadoras, aceleradoras, club de ángeles, programas de formación y hasta grandes empresas colaboran en el desarrollo de los startups conformando un ecosistema de desarrollo del negocio. Con diferentes metodologías de trabajo, diversos casos no solamente brindan financiamiento a los emprendedores sino también un espacio de reflexión y diferentes puntos de vista para lograr el éxito.

Ideas es, tal vez, aquello que sobra. Pero no todas son viables o rentables sino que solamente algunas pueden constituir un aporte y convertirse en un gran negocio.  Para poder encontrar esa idea, tal como le ocurrió a Mark Zuckerber al crear Facebook por mencionar solamente un caso, existen metodologías específicas y programas que permiten al emprendedor convertirse en el CEO de su propia empresa.

Un stratup es justamente el primer escalón de un derrotero que comienza con la idea y puede llegar a convertirse en millones. Es decir que una vez que se piensa algo hay que comenzar a trabajar en ello para intentar conocer el impacto y el desarrollo que puede tener. Esa es la línea de largada. Para lograr esto existen diferentes empresas e instituciones que ayudan a los emprendedores, facilitan el financiamiento y hasta participan del negocio.

Opciones

Dado que incubar no es lo mismo que acelerar un emprendimiento, existen diversas oportunidades para comenzar una empresa. Tal es el caso de R/GA que posee tres líneas diferentes de trabajo. Una se relaciona con el intrapreneurship, o emprendimiento desde adentro, en donde en conjunto con sus clientes los ayudan a generar proyectos innovadores. “Tomamos las necesidades de nuestros clientes, que muchas veces no tienen un brief, y generamos ideas o proyectos”, dice Bruno Rovagnati, Senior VP y Managing Director de R/GA para Latinoamérica. Durante este proceso su equipo recibe acompañamiento y finalmente se presentan todas las ideas a un concurso, “la ganadora tiene premio”, finaliza.

La segunda, denominada R/GA Acelerator, está abierta a la comunidad de emprendedores y se trata de una presentación en Nueva York. En este caso se les brinda mentoreo pero sólo desde el lado del negocio o en la revisión del plan de negocios. “En este caso se pueden obtener inversiones de entre 100 a 150 mil dólares”, dice Rovagnatti.

Finalmente en conjunto con una gran empresa desarrollan el LA Dodgers. “Es un concepto de aceleradora pero con un partner específico y grande”. Esta experiencia ya la llevaron a cabo en Berlín para los supermercados Metro y en San Francisco para una plataforma de ecommerce.

Con especialidad en finanzas y tecnología, desde NxtpLabs trabajan en la aceleración de proyectos. “Participar de un acelerador implica acortar los tiempos de prueba del modelo de negocio”, dice Nora Palladino; Directora de la empresa. “Sumamos valor al momento de salir al mercado, buscamos un producto viable y que esté desarrollado. No pedimos un plan de negocios sino un producto”. En este momento es cuando realizan la conexión entre el emprendedor y los inversores.  Pero también poseen un fondo de inversiones para proyectos de tecnología en etapa temprana. Mediante este programa se pueden obtener desde 25 a 125 mil dólares. “Todo depende del estadio del proyecto”, aclara Palladino.  Esta financiación le permite a NxtpLabs poseer entre un 2% a un 10% del capital accionario.

Pero también, de forma más reciente, identifican necesidades de grandes empresas y les brindan una solución. “Hay una gran necesidad de las corporaciones por innovar y los emprendedores no llegan”, dice la Directora. Es así que ellos se encargar de conectar estos dos segmentos.

Desde Emprear, una organización sin fines de lucro que funciona desde hace quince años, también se dedican a la incubación y formación de startups. “Nos focalizamos en aspectos donde hay debilidad en el sistema como ser la educación y los procesos de inversión”, dice Eduardo Perversi; Presidente de Emprear. Con la formación en su haber del Centro de Emprendedores del ITBA, Perversi asegura que el éxito del programa es “realizar el seguimiento durante tres años, esto excede el plan de cualquier aceleradora”. Además la organización está inserta en una red nacional e internacional que le permite, mediante su Campus Emprear, atraer inversión “ángel”.

Pero también puede suceder que la idea de un emprendedor sea buscada. En este caso se lo denomina Company Building, proceso que engloba tanto la incubación como la aceleración del emprendimiento. “Somos cofundadores, armamos los equipos de emprendedores. Nuestro eje son las personas y las ideas”, dice Pablo Simon; Socio y CEO de Quasarv. Esta empresa, fundada en 2012, tiene entre sus directivos a Andy Freire; fundador de OfficeNet, y Santiago Bilinkis, entre otros y son los responsables de negocios como Avenida.com. “Nos dedicamos a todo tipo de emprendimientos basados en tecnología y web. Pero también en ecommerce, market place software y fintech”, dice Simon.

En este proceso de fomentar el desarrollo emprendedor también participan diferentes universidades. Un caso es Incubacen, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Nos dedicamos a emprendimientos con base tecnológica en donde uno de los miembros que participa debe ser alumno o egresado de nuestra facultad”, explica Ezequiel Litichever; Coordinador General de Incubacen. Debido al marco en el que se inscribe este programa, Litichever asegura que “es una apuesta de la facultad donde hay gran producción de conocimiento, por eso la idea es que parte de ese conocimiento vuelva a la sociedad”. Es así que ya han ayudado a crear diez nuevas empresas y están próximos a duplicar esta cantidad, realizaron una inversión de 34 millones de pesos y generaron doce patentes del sistema nacional desde el 2006, año en que comenzó a funcionar la incubadora.

Entre las herramientas que brindan se encuentra el acompañamiento financiero, trabajan en la protección intelectual, asesoramiento legal y brindan espacios de trabajo. “Los emprendedores que se acercan tienen un conocimiento técnico muy fuerte. Son investigadores con experiencia pero no tienen formación en temas de negocio. Llevar una idea del laboratorio al mercado es todo un desafío”, dice Litichever. Es así que ellos también se encargan de conectar y relacionar a los inversores con los emprendedores. “Los emprendedores suelen enamorarse de la tecnología y los inversores hacen foco en el negocio, hay que ayudarlos para entender ambos mundos”.

También desde el IAE poseen diferentes programas, un Centro de Emprendedores y brindan consultoría a grandes empresas. De esta forma cada año convocan a la Competencia Naves en donde se presentan diferentes proyectos. Durante la cursada el emprendedor recibe la asesoría de un mentor, se expone la idea a especialistas de la industria y se les brinda material teórico. Al final del recorrido se eligen a los mejores proyectos. “Se trata de un acompañamiento a emprendedores que este año lo realizamos en cinco provincias gracias al apoyo del Banco Macro y el Banco Provincia. Esto nos permitió encontrar muchos lugares de Argentina con un ecosistema emprendedor muy interesante”, dice Juan Martín Rodríguez; Profesor de la Universidad Austral y Director Ejecutivo del Programa Naves.

Pero además los emprendedores que participan de Naves acceden a una red de apoyo formada por más de cuatrocientas personas en donde se encuentran antiguos alumnos de la Casa de Estudio, participantes de ediciones anteriores, inversores, entre otros.

Corporativo

Desde hace un tiempo algunas organizaciones desarrollaron su programa de aceleración o bien se asociaron a instituciones o empresas más pequeñas para acompañar a los emprendedores. El caso emblemático lo constituye Wayra, la aceleradora de Telefónica que se inscribe dentro de un marco más amplio que abarca otras acciones de innovación y tecnología. Actualmente, Wayra se encuentra presente en trece países de los cuales siete pertenecen a América Latina. En este sentido Karen Mirkin; Business Development Manager de la aceleradora, dice que de esta forma “se le brinda un tinte global dado que uno de los objetivos es el desarrollo económico de los proyectos y la internacionalización”. En números, Wayra ya invirtió en más de 42 empresas en donde se les entrega 50 mil dólares en efectivo y 70 mil en modelo de aceleración. La participación en el nuevo proyecto es de entre el 7% y 10%. Cada año realizan tres convocatorias a las cuales se puede aplicar de forma online.

Coca Cola también desarrolló un programa destinado a buscar startups exitosos mediante Coca Cola Founders. Javier Gueudet, cofundador de Tobuy, fue uno de los seleccionados que en el 2013 vio su idea concretada. “Pasamos por un proceso de selección de doce semanas y luego comenzamos, junto con Rolando Meyer, el trabajo. Teníamos acceso a toda la compañía, se trabaja ahí adentro”.

Su aplicación, que consiste en que el usuario toma una fotografía y posteriormente el software le indica donde lo puede comprar, ya posee 7.500 descargas. “Ahora estamos redefiniendo el modelo dado que, si bien el reconocimiento de imágenes funciona correctamente, nos pasaba que tal vez ese producto fotografiado se había comprado en el exterior y era muy difícil conseguirlo acá. Así que ahora proponemos productos que ya fueron curados. Además tenemos convenios con tiendas y diferentes acciones comerciales”, dice Gueudet.

Si bien no hay una respuesta unánime frente a la pregunta de qué buscan las grandes empresas en los emprendedores, los especialistas ponen el foco en la innovación. Para Rodríguez, que desde el IAE trabajaron en este modelo junto a PepsiCo; Sancor Seguros y Arcos Dorados, “una de las características es la de posicionarse como empresas socialmente responsables dentro del ecosistema emprendedor. Otra es que encuentran proyectos valiosos a bajo costo”.  Por su parte Gueudet considera que “los avances tecnológicos son tan grandes que las corporaciones no llegan a cambiar, por eso está bueno que haya gente que trae nuevas tecnologías”. Es así que los proyectos que se presentan a Coca Cola Founders deben estar alineados con la empresa, posibilitar la venta de más productos, reducir costos de los procesos y generar un nuevo canal con los consumidores. “Tobuy está enfocado en el corto plazo en generar un nuevo canal de comunicación y branding mediante los productos que hacen la construcción de marca. Pero no sólo para el segmento bebidas sino también para Coca Cola Shoes por ejemplo”, dice el fundador. En el caso de Wayra esta aceleración de emprendimientos brinda la posibilidad de crear empresas “como cliente interno o como servicio de distribución”, dice Mirkin. Es así que Rovagnati de R/GA dice que estos espacios se generan “como modelo de negocio. La aceleradora tiene un presupuesto y suelen encontrar talento que luego ingresa a la organización”.

En cuanto a la innovación, el punto donde casi todos los especialistas consultados coinciden, Rovagnati advierte que “muchas empresas necesitan sentirse o decir que son innovadoras y creen que lo pueden ser trayendo un stratup. Pero esto simplemente puede ser una movida de prensa dado que si no se cambia la mentalidad se fracasa”.

Metodologías

Está claro que para saber si un proyecto se va a convertir en un gran negocio no existe una fórmula mágica, pero sí hay metodologías o herramientas que ayudan a proyectar el futuro. Es así que en los últimos años se popularizó el Lean Starup Bussiness y el Canvas. Con diferentes orígenes hoy ambas herramientas se utilizan fusionadas y se aplican a los starups.

La metodología Lean, creada por Eric Ries, busca testear rápidamente si un producto o servicio será viable. Es decir que antes de comenzar en el desarrollo del producto y del marketing, tal como lo indican los planes de negocios tradicionales, en realidad lo que se hace es testear si esa idea puede llegar a funcionar. “Permite obtener feedback y volver a la idea para mejorarla”, dice Simón. Por su parte Gueudet dice que “Lean se basa en construir, medir y aprender. No hagas algo grande y que probablemente no sirva. Se hace el mínimo producto viable, se mide como funciona, se aprende y se vuelve a construir”. De esta forma se trata de un modelo en continuo movimiento en donde cada iteración permite ir redefiniendo el producto o servicio.

En tanto el modelo Canvas (lienzo) propone la generación de nueve escenarios que deben ser considerados al momento de lanzar un negocio. Básicamente lo que se propone, mediante un gráfico, es dividir dos grandes sectores; la empresa y el mercado. Es así que en el primer segmento se visualizan los procesos, los activos y el entorno. En tanto en el segundo se encuentran variables como los consumidores, los canales de distribución, entre otros.

Si bien estas metodologías no son exclusivas para los starups, dado que pueden utilizarse para la construcción de planes de negocios de empresas ya constituidas, para favorecer su utilización se han fusionado permitiendo a los emprendimientos contar con una metodología que se ajusta a su realidad. Surge así la metodología Lean Canvas creada por Ash Maurya.

Maurya define los nueve campos vitales que forman el Lean Canvas: segmento de clientes, problema, propuesta de valor, solución, canales, flujo de ingresos, estructura de costo, métricas clave, ventaja especial. Cada uno de estos campos se ubica en la empresa o en el mercado, con excepción de la propuesta de valor que forma parte de los dos.

Esta enumeración, lejos de ser aleatoria, en realidad marca la forma en que se debe proceder; como si se tratara de escalones por subir que deben completarse con la información necesaria. En primer lugar se debe identificar el segmento de clientes, es decir aquellas personas a las cuales se les va a brindar el producto en cuestión. Luego hay que indagar en el problema  de esos posibles clientes para abordar una solución. Es así que surge la propuesta de valor, es decir de qué forma se va a ayudar a los clientes a solucionar su problema. El paso cuatro se refiere a las características del producto que aportan una solución.

Una vez obtenida toda esta información se comienza a trabajar en la forma en que se va a hacer llegar el producto a los clientes, es el momento de considerar la información para los canales. Como sexto cuadrado del lienzo se debe pensar cómo se va a producir la ganancia con el emprendimiento y también la estructura de costos del producto o servicio. También se deben definir las métricas a tener en cuenta, es decir aquellos valores que marcan la marcha del negocio. Finalmente se trabaja en la ventaja diferencial, aquello que tiene el producto por lo cual los clientes regresan o bien solicitan nuevos productos. Este último punto es probable que en un principio no contenga demasiada información, pero con el tiempo debe ser rellenado dado que marcaría los pasos futuros de la empresa y posibilidades de nuevos crecimientos.

Entre las ventajas que aporta la metodología Lean Canvas, Rodríguez señala que “es una forma ilustrativa y gráfica de enseñar un modelo de negocios. Simplifica algo que es muy complejo.  Por su parte Litichever, que desde Incubacen adoptaron esta metodología en el 2011 convirtiéndose en pioneros en la Argentina, dice que “es una forma sencilla de entender como entregar o capturar valor, permite comprender cómo funcionan las variables de un modelo de negocios, otorga una mirada rápida. Además crea un lenguaje común de negocios para poder discutir con otros y permite identificar los puntos fuertes y débiles de un proyecto”.

Otra de las características, que le brinda al Lean Canvas un fuerte posicionamiento, es que “permite realizar pruebas con usuarios y las métricas borran la subjetividad”, dice Palladino.  Finalmente, y desde la experiencia por su propio proyecto, Gueudet asegura que les ayudó para “bajar mucha información resumida al papel. Son nueve boxes de cosas básicas del proyecto, es como un rompecabezas. Es el plan de negocios de hoy”.

Pero al mismo tiempo que señalan sus ventajas, también los especialistas consultados marcan algunas desventajas. Según Rodríguez “no confirma que hay una oportunidad de negocio. Está un poco sobrevaluado y el emprendedor cree que con eso ya está todo hecho”.  En tanto Litichever asegura que “es una metodología, pero no lo único. Se puede tener el mejor modelo de negocios en el pizarrón pero después hay que implementarlo”. Otra desventaja que señalan desde NxtpLabs es que “es muy intenso, lleva muchas horas de capacitación y saca tiempo y foco del emprendimiento”.  Por su parte Perversi, que si bien lo rescata como “una técnica interesante que permite modelizar el emprendimiento”, advierte que “todos los días aparece algo nuevo, pero una cosa es el GPS y otra la hoja de ruta que va marcando el mediano plazo”.


Desde enfoques diferentes, con acompañamiento financiero y consultoría, el ecosistema emprendedor busca aportar diferentes soluciones que se esconden detrás de una idea, o mejor dicho de La Idea.

Publicado en Anuario Dossier 2015

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