jueves, 26 de enero de 2017

Cuidado ambiental, la industria en pulso verde



Las empresas editoriales desarrollan diferentes acciones tendientes al cuidado ambiental. Tinta vegetal, reciclado de papel, tratamiento de efluentes son algunos de los ejes en los cuales se encuentran trabajando.


Reducir, reciclar y reutilizar, o también conocidas como las 3R, forman parte hoy, junto a otras acciones como ser campañas de bien público; trabajo en la cadena de valor; entre otras, de la agenda en sustentabilidad de las empresas.

Los planes se desarrollan tanto en la producción, que comprende desde la compra del papel para la impresión hasta la disposición final del mismo insumo que se descarta, hasta la estructura edilicia, el trabajo con los colaboradores y la generación de contenidos especiales. Acciones efectivas que llevan inscripto en su ADN el cuidado del ambiente y la concientización del público interno y externo.

Edificio verde
Hacia fines de septiembre de 2013, SA La Nación estrenó sus oficinas ubicadas en el complejo Libertador al Río. Según Alvaro Feuerman, Facility Manager de la compañía, desde la concepción el edificio fue pensado con la óptica ambiental. “Es lo que se denomina un green building dado que cumple con la norma LEED (Leadership in Energy & Environmental Design) en la categoría silver”. Como dato agrega que los materiales utilizados para la edificación de la torre fueron adquiridos de forma local para minimizar la contaminación que produce el transporte de los mismos.

Entre las características que presenta el edificio se pueden mencionar el sistema automático de aire acondicionado. “El mayor consumo de energía en las oficinas se da en la utilización de estos equipos. En este caso se utiliza un sistema de Volúmen de Refrigerante Variable (o más conocido como VRB) que permite ajustar el requerimiento de cada área y lograr un uso eficiente de los equipos y ahorro de energía”, dice Feuerman. Además para el sistema de luces, que colabora en el ahorro energético, se generó un programa de encendido y apagado a demanda por sectores para satisfacer la necesidad de los usuarios. De esta forma se evita que aquellos lugares en los cuales no hay gente desarrollando su trabajo, éstos permanezcan sin iluminación.

Al caminar por la Avenida Del Libertador, en su ingreso a la Ciudad de Buenos Aires, con solamente levantar la vista se observa otra de las características que colaboran al cuidado del ambiente. “En el quinto piso se construyó una terraza, en ésta el 50% se encuentra ocupado con plantas de bajo mantenimiento”. Esto, más allá de la estética, forma parte de los requerimientos para lograr la certificación.

Desde el punto de vista del cuidado del agua, los baños del edificio cuentan con botones automáticos para los lavatorios y un sistema de doble botón en los inodoros que permiten la descarga diferencial de agua.

También forma parte de los servicios centrales la calidad del aire existente dentro de las oficinas. Por este motivo el sistema permite el ingreso desde el exterior en los circuitos de aire acondicionado. “Tenemos una renovación de aire mayor, que mejora la calidad del mismo, al que exige la norma”, puntualiza Feuerman.

Paren las rotativas

La producción de diarios y revistas representa un proceso complejo en el cual los principales insumos, tinta y papel, tienen un lugar preponderante. Pero también la maquinaria que se utiliza genera desechos que deben ser tratados.

El papel representa uno de los mayores desperdicios, en cuanto a volumen se refiere, de todo el proceso productivo. En este sentido las editoriales desarrollan diferentes acciones para minimizar su impacto ambiental.

Proveniente de bosques controlados, este insumo hoy cuenta con la certificación FSC (Consejo de Administración Forestal) que garantiza su procedencia.  Eduardo Lerner; Director General de IPESA empresa responsable de Pulbiexpress que edita revistas como Pronto; Saber Vivir; Mujer Única; afirma que ellos ofrecen a sus clientes “la trazabilidad del papel FSC para poder demostrarles en todo momento el origen de este insumo”.

Pero más allá de la procedencia, hay parte del papel que se utiliza que vuelve a ingresar al circuito. De acuerdo con los datos de Papel Prensa, una de las mayores productoras de bobinas para impresión de diarios y revistas de Argentina, actualmente unas 15.000 toneladas de producción se realizan con papel reciclado. La empresa posee 170 clientes, produce 141.000 toneladas anuales de pasta quimimecánica y el resto reciclada para alcanzar una producción de 170.000 toneladas al año.

María Julia Díaz Ardaya, Gerente de Responsabilidad Social del Grupo Clarín, comenta que “toda la devolución y papel de diario que por algún motivo no se puede destinar a la venta se envía a Papel Prensa para que ingrese nuevamente al circuito”, sin embargo aclara que hoy es muy bajo el porcentaje de papel de diarios que se recupera para ser reciclado.

En tanto desde La Nación, Néstor Lotufo; Gerente Técnico de la Planta Impresora; señala que “tenemos un ciclo del papel que incluye el envoltorio de la bobina, los caños (son de cartón), el papel blanco que está dañado y todo aquel que ya está impreso pero se retira de la circulación es entregado a una organización social que se encarga de realizar el reciclado”. Cabe aclarar que durante el proceso de impresión, aproximadamente el 10% de la tirada inicial de un diario se considera no apta para la venta dado que la rotativa aún no cuenta con la calibración óptima que demanda la edición.

Por su parte en El Cronista también desarrollan programas de reciclado de papel. Según Tomás Reinke, Gerente Comercial del Grupo Cronista, “respecto a la devolución del diario y recorte de máquina, se vende a empresas que lo reutilizan para hacer: cartón, maples de huevo, agregado de pasta en las fábricas de papel o papel higiénico, y el papel sin imprimir (sobrante de caños) que resta en las bobinas se reutiliza para hacer por ejemplo talonarios.

Junto al papel certificado, la tinta que se utiliza suele ser de origen vegetal. “Según el tipo de papel se utilizan las vegetales pero no siempre se pueden aplicar”, explica Díaz. Desde IPESA optaron por adquirir conteiners que funcionan como empaque de la tinta. “No hay packaging, el mismo conteiner es el envase” dice Lerner. De esta forma además se minimizan los traslados evitando la emanación de carbono debido al flete.

Pero en el proceso de producción de diarios y revistas también se generan otros desechos que hoy son tratados. Un ejemplo de esto es el secado de determinados papeles que se debe hacer durante la impresión. Lerner, con respecto a este tema, afirma que “somos la única empresa que realiza el secado mediante hornos a 1500 grados Fahrenheit logrando un proceso limpio sin emitir humo a la atmósfera”.

Otro de los desechos que se producen son las planchas de aluminio que necesita la rotativa para generar la impresión en la bobina de papel. “Estas planchas se reciclan”, dice Díaz. En tanto desde La Nación, Lotufo agrega que las mismas se entregan a una cooperativa que es la encargada de realizar el reciclado.

El agua, otro de los recursos naturales que debe ser cuidado, también forma parte del proceso. De esta forma los efluentes que salen de las plantas de impresión son tratados ya sea para evitar el volcado al sistema cloacal o bien hacerlo de forma no contaminante.

Desde IPESA a los efluentes, luego del tratado correspondiente, se les realiza una medición de oxígeno para asegurarse que el volcado no reviste riesgos ecológicos. Por otra parte, y dado el lugar en donde se encuentra la planta, colaboran con los objetivos de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) en su trabajo de saneamiento.

En tanto desde el 2013, año en que se realizaron las mejoras, en Clarín cuentan con un sistema de reutilización de toda el agua que sale de rotativas y también cuentan con una planta de tratamiento propia. “Hoy casi no realizamos vertido de efluentes, solamente un poco que proviene de las torres de enfriamiento”, dice la Gerente de RSE.

Pero también durante este proceso de impresión se generan lo que se denomina residuos peligrosos. Éstos son producto del desecho generado durante la etapa de preprensa. “En el 2008 todas las máquinas pasaron al sistema computer to play que se considera libre de químicos” dice Lotufo. En este proceso se utiliza agua y goma arábiga que luego es tratada como efluente peligroso. El agua pasa a un evaporador y el “barro” que se genera es entregado a una empresa especializada para su disposición final. Este tratamiento, bajo en el uso de químicos, también es realizado por Clarín para el revelado de planchas.

Finalmente, y como dato adicional, desde La Nación cuentan que para la limpieza y purificación de la rotativa se utilizan aceites. Los mismos están almacenados en 18 tanques de 300 litros aproximadamente. “Modificamos los aceites que usábamos en el año 2009 y hasta el día de hoy seguimos utilizando los mismos. Anteriormente cada dos o tres años se debía reemplazar por uno nuevo”, finaliza Lotufo.

Público interno

Otra de las líneas de trabajo que encuentra el cuidado ambiental es la realización de acciones con los colaboradores de la empresa. En este punto toman especial relevancia la separación de residuos, la capacitación y el trabajo conjunto de todo el plantel.

“Si bien el 99% de los residuos que se producen en las áreas de redacción; sistemas; administración; etc es papel, en La Nación colocamos ocho tipos diferentes de cestos”, dice Feuerman. Papel, plástico, tapitas, aluminio, vidrio, pilas, especial y general son las categorías en las cuales se separa la basura en la torre Libertador al Río. Estos cestos se encuentran ubicados en un sector especial. Tampoco hay cestos al costado de los escritorios, “los colocamos solamente en las columnas centrales. Así las personas tienen que pensar en el acto de desechar algo y al hacerlo toman conciencia del lugar donde corresponde tirarlos”, dice el Facility Manager. Todos los residuos que se generan en el edificio son retirados por la Fundación Propósito Regenerar. Hasta el momento, y con tan sólo 18 meses de funcionamiento, el edificio entregó 5000kg de papel, 1000kg de cartón, 250kg de plástico, 80kg de vidrio y 90kg de metales que fueron reciclados.

En tanto en El Cronista también trabajan en la separación de residuos en las oficinas. “Tenemos cuatro depósitos para la basura. En cuanto al papel que se utiliza en la oficina es entregado a la Fundación Garrahan”, dice Reinke.

Por su parte en Clarín, y como parte de su Política Ambiental, entre el 2014 y el 2015 se redujo en un 30% la cantidad de residuos sólidos.  “Los colaboradores se sumaron y tuvimos buenos resultados. Actualmente por la certificación ambiental estamos en 0.22 kilos de residuos por cada 1000 diarios despachados. Es un buen valor pero seguimos trabajando para bajarlo”, dice Díaz. Estos resultados son los obtenidos a partir de la certificación del Sistema de Gestión Ambiental ISO 14.000 que posee Clarín. “Delinear esta Política fue una transformación importante que involucró a todo el personal” puntualiza la ejecutiva.

Audiencias

Pero también el trabajo de cuidado ambiental que llevan adelante las editoriales se ve plasmado en los contenidos y productos que brindan a sus audiencias. Un ejemplo es el Suplemento Socialmente Responsables, que edita El Cronista, en donde la temática ambiental suele ser un tema corriente. O bien el suplemento Comunidad de La Nación, que está a cargo de la Fundación La Nación. Por su parte Clarín cuenta con Gestión Sustentable, a cargo de Rafael Otegui que circula con La Razón, y el suplemento Responsabilidad Social Empresaria que lo desarrolla en conjunto con el Instituto Argentino de Responsabilidad Social (IARSE).

Además de la cobertura que le brindan desde sus páginas, también desarrollan productos especiales destinados a generar conciencia. “En Nueva generamos fichas especiales dentro de la revista para crear conciencia en nuestros lectores”, dice Ana Costa Méndez; editora general. Esta revista, que circula en 16 diarios del interior del país, decidió publicar una vez por mes una sección especial con consejos sobre reciclado y cuidado ambiental. “Son 8 fichas, con temáticas diferente en donde buscamos brindar ideas para mejorar el medio ambiente y consejos para ponerlas en práctica”. De esta forma se abordarán cuestiones como Ahorro de agua y energía, Reutilización de basura para utilizar en compost o pequeñas huertas, Sustentabilidad en construcción, Nutrición saludable y orgánica y las últimas tendencias en ecología y además un listado de organizaciones útiles.

Otro de los casos que muestran la producción de contenidos lo forman los especiales “Salvemos la tierra” que el Grupo Clarín desarrolló en alianza con la Fundación Vida Silvestre. “Fue una colección de doce fascículos coleccionables en alianza con diez organizaciones sociales como ser Greenpace; Aves Argentinas; Amigos de la Tierra, entre otros. Pero además se articuló con un trabajo en las escuelas por medio de la Fundación Noble en donde se hicieron fichas para los docentes. De esta forma buscamos brindar a las personas consejos e ideas para que se sumen al cuidado ambiental”, dice Díaz. Por otra parte el editor general del diario, Ricardo Kirschbaum, integra el Climate Publisher Network (ver recuadro) desde donde el medio continúa generando contenido especial sobre cuidado ambiental.

Desde diferentes puntos y con acciones diversas, la temática ambiental es hoy un tema que ocupa a la industria editorial. En una ola de cambios, en donde la competencia con el mundo digital representa un gran desafío; el cuidado de los recursos demanda esfuerzos tanto hacia el interior como al exterior de las empresas.


Diarios del mundo por el cuidado ambiental

La Global Editor Network (Red Global de Editores) es una organización que nuclea a editores jefes y periodistas de diferentes partes del mundo. Desde el 2013 la presidencia está a cargo de Ricardo Kirschbaum, Editor General de Clarín.

Esta red tiene como objetivos trabajar en la innovación, el periodismo de datos, compartir experiencias exitosas, entre otras. En mayo pasado lanzó el Climate Publishers Network destinada a la producción de contenidos sobre cambio climático. Esta red está conformada por una veintena de medios de todo el mundo y  se nutrirá con material especialmente desarrollado con vistas a  la Cumbre de Cambio Climático (COP21) a realizarse en París, Francia. El objetivo es producir información libre y gratuita sobre esta temática.

Los medios que la integran son The Guardian de Inglaterra, Clarín de Argentina, El País de España, Politiken de Dinamarca, Gazeta Wyborcza de Polonia, Sydney Moorning Herald y The Age de Australia, Le Quotidien de Noukchott de Mauritania, Al-Ahram de Egipto, The Irish Time de Irlanda, Der Standard de Austria, India Today, China Daily, DS De Standaard de Bélgica, El Watan Algerie, El Comercio de Perú, El Deber de Bolivia, Frankfurter Allgemeine de Alemania, La Presse de Canadá, La Repubblica de Italia, Le Monde de París, The Seattle Times de Estados Unidos, The Straits Times de Singapur, Stuff.co.nz de Nueva Zelanda y To Bhma, de Grecia.

Glorasio Ambiental

Existen diferentes normas que permiten fijar objetivos, medir resultados y enmarcar el trabajo de cuidado ambiental.

Una de ellas, tal vez la que cuenta con mayor difusión, es la ISO 14000. En este caso se trata de un estándar internacional que permite desarrollar el Sistema de Gestión Ambiental. La primera versión se publicó en 1996 y su adopción implica la certificación de todos los procesos que tengan injerencia en el cuidado del ambiente.

Otro ejemplo es el Carbon Discloure Project (mundialmente conocido como CDP) es una organización con sede en el Reino Unido que tiene como objetivo recopilar, alrededor del mundo, información sobre el cambio climático para visualizar oportunidades y riesgos. También da cuenta de las políticas llevadas adelante por las empresas para mitigar las emisiones de carbono.

El Pacto Global de Naciones Unidas, que si bien posee un enfoque más amplio y se ocupa de cuestiones como derechos humanos y corrupción, posee un apartado dedicado al medio ambiente.  También este organismo internacional posee una serie de directrices para el cuidado ambiental que conforman el Programa Internacional de Producción Más Limpia.

Forest Stewardship Council (FSC) que certifica la procedencia del papel. En este caso representa que el mismo ha sido producido con árboles de bosques controlados disminuyendo la tala indiscriminada.

Empresa B es una certificación que identifica a aquellas compañías que buscan generar un impacto positivo tanto social como ambiental.  Fue desarrollado por B Lab, una entidad sin fines de lucro de Estados Unidos.

Publicado en Especial Diarios y Revistas - Editorial Dossier

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