Según Alejandro Díaz, CEO de Amcham, se trata de un problema estructural: "En 2009, un 36% de las firmas consideraba que no incorporarían pasantes. En el último sondeo esta decisión ascendió al 42%". Este fenómeno aparece reflejado en, por ejemplo, la cantidad de pasantes con los que cuenta la Universidad de Buenos Aires (UBA). Oscar García, secretario de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de esa casa de estudios dice que hasta 2008 la UBA tenía un padrón de pasantes de 5400 y que ahora no superan los 1040.
Una de las modificaciones que se produjeron con la ley se refiere a la cantidad de horas que puede trabajar un pasante. El nuevo régimen estableció que no se deben superar las 20 horas semanales y dio flexibilidad para distribuir esa carga de la forma más conveniente para las partes.
Según Díaz, en la primera encuesta de 2009, las empresas manifestaron su desacuerdo con esta limitación horaria (44%). "En 2010 se llegó al 70%", cuenta Díaz. Florencia Iglesias, gerente de Recursos Humanos de Unilever, dice que "tener una práctica de cuatro horas diarias más el viaje hace que se vuelva contraproducente". "Por eso concentramos las 20 horas repartidas en cuatro días para minimizar la pérdida que significa el traslado."
Pero no sólo se trata de un tema de traslado, sino que también se convierte en una desventaja para los estudiantes próximos a recibirse. "Es una disponibilidad insuficiente para hacerse cargo de proyectos o asistencia a nivel gerencial en las empresas", dice Silvia de Mariano, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA). "Con esta carga horaria, sólo acceden a tareas operativas", dice De Mariano.
Otro de los puntos conflictivos es el período máximo de contratación. El antiguo régimen lo extendía hasta cuatro años. Ahora se puede renovar por períodos de seis meses, con un tope de hasta tres oportunidades. "Actualmente, el 67% de las firmas contratan por seis meses" dice Díaz.
Estos plazos trajeron como consecuencia que las empresas prefieran a estudiantes avanzados. "Con el modelo anterior, el alumno que tenía 19 o 20 años podía ser contratado. Hoy lamentablemente no es así. Se prefiere a los más avanzados en las carreras para evaluar la incorporación a la empresa una vez que se reciben", explica el CEO de Amcham.
Desde la UBA ven el lado positivo. Explican que para los estudiantes avanzados es un beneficio, ya que "estarían en condiciones de realizar tareas más técnicas que los de los primeros años, que seguramente realizarían sólo actividades administrativas, corriendo el riesgo de ser tomado como mano de obra barata".
"La pasantía es una herramienta que facilita la inserción de jóvenes en el trabajo, permite a las empresas asumir un rol de responsabilidad social empresaria y encontrar nuevos talentos, pero su mal uso en el pasado produjo un aumento en la regulación", dice Ricardo Wachowicz, director de Bayton Grupo Empresario. En consonancia, desde la UBA estimaron que "la sobrecarga normativa, que incluye ciertos derechos propios de los contratos laborales, de alguna forma desnaturaliza el objetivo principal de las pasantías".
Iglesias, de Unilever, afirma que las universidades y las empresas esperan por "un marco que permita generar más oportunidades" y reconoce que aún no se ha logrado.
ENCUESTAS
Horarios
- Según un sondeo de Amcham, el 70% de las empresas se opone al límite de 20 horas semanales para las pasantías.
Duración
- El 67% de las firmas contrata pasantes por sólo seis meses.
Universidad
- En 2008, la UBA tenía en su padrón unos 5400 pasantes. Ahora, no más de 1040.
Link permanente: www.lanacion.com.ar/1418872
No hay comentarios:
Publicar un comentario