domingo, 21 de octubre de 2007

"Hay que ayudar a la gente a salir al mundo"



Rolando Meninato, presidente de Dow Argentina, habla sobre los RR.HH y repasa su carrera en la empresa




La amplitud y el verde de un campo de golf, la tranquilidad de los domingos por la mañana y un buen juego de palos son el escenario elegido por Rolando Meninato, presidente de Dow Argentina y gerente general del Cono Sur, para disfrutar el tiempo libre.


Meninato posee su oficina en la torre Catalinas Plaza. El incesante tránsito por la avenida Madero y el Río de la Plata son testigos de la jornada laboral de este ingeniero agrónomo.


La empresa, que este año cumple medio siglo en la Argentina, fue fundada en 1897 por Herbert Dow. Si bien en sus inicios nació como una compañía de producción de lavandina a escala comercial, en la actualidad se encuentra en 175 países y abastece a industrias y al campo mediante la producción de productos químicos, petroquímicos y agrícolas.


En la Argentina trabajan 1300 personas, distribuidas en las cuatro plantas del interior y la sede administrativa de Buenos Aires.


-¿Cuánto aportó su educación para llegar a esta posición?


-Mucho. Hice un MBA cuando tenía 28 años y me abrió mucho la cabeza, la manera de pensar. Realicé toda la carrera en el sector agrario. Siendo ingeniero agrónomo, hasta ese momento entendía las plantas y no los números. Las plantas vegetales, no las de manufactura, que sigo sin entender ( entre risas ). Fue una decisión importante.


-Sus pasos en lo académico, ¿serían un modelo para un joven profesional?


- Son importantes para cualquier profesional de una disciplina técnico científica para entender un poco más los negocios. También les aconsejo a los jóvenes que antes de estudiar estén un tiempo trabajando porque ayuda a entender mejor un máster el haber visto los problemas de cerca. En un caso de estudio, las relaciones humanas son más fáciles de arreglar que en la vida real. Allí, los problemas son diferentes y las reacciones, también.


- Usted llegó a se gerente general en sólo 10 años.


-No era la empresa que es ahora. En 1987 era una compañía que facturaba, en la Argentina, 12 o 13 millones de dólares y teníamos siete vendedores. Hoy, la misma empresa factura 170 millones de dólares, más Paraguay, Uruguay y Bolivia. Es que la Argentina se desarrolló. En esa época había un millón de hectáreas de soja y hoy, alrededor de 16 millones.


-¿Pero la rapidez del ascenso es sólo porque la empresa cambió?


-Hay que tener una combinación entre capacidad de trabajo, formación y suerte. Si no tenés capacidad trabajo y formación no vas a tener suerte. En todas las empresas, el esfuerzo y la formación son un prerrequisito; sin eso es muy difícil llegar. Después, es estar en el lugar indicado en el momento indicado. Además, en esta organización, hay algo que es fundamental, venir con el inglés adentro.


-¿Cuál cree que fue su mejor acierto de los primeros 10 años?


-Creo que elijo bien a la gente que trabaja conmigo. He tenido la visión de buscar talento y encontrar gente muy buena para trabajar conmigo, y darle manija para que se desarrolle. No me considero una persona generadora de ideas brillantes. Me ha gustado siempre relacionarme con gente que empuja, que te lleva y te propone cosas.


-¿Cuál es la fórmula para elegir a la gente más capaz?


-Toda la buena gente, en principio, tiene ganas de hacer el esfuerzo, trabaja en equipo y es humilde. Si tiene estas tres cosas, más alguna formación técnica, largaste muy bien. Obviamente, no todas las elecciones fueron correctas. Pero quiero reafirmar que en esta empresa es muy importante trabajar en equipo.


-¿Cómo se balancea trabajo y tiempo libre?


-El balance entre tiempo libre y trabajo es un tema de prioridades; yo lo hago mal, y por suerte mi familia lo tolera.


-La empresa obtuvo una mención especial en los Premios a la Innovación en Recursos Humanos por el Service Center. ¿En qué consiste?


-En una empresa grande como ésta es imposible tener a una persona de Recursos Humanos físicamente cerca de todos. El Service Center brinda apoyo con personas reales, que van solucionando los problemas. A nosotros nos molesta mucho cuando hay que pasar por 7000 pasos para terminar frustrado en dejar tu teléfono. Tenemos además un servicio que se llama EAP (Programa de Asistencia al Empleado por sus siglas en inglés), esto es un servicio legal, contable y psicológico totalmente confidencial.


-¿Qué sucede con la matrícula de técnicos?


-Es un problema mundial. En Estados Unidos estudia Ingeniería menos de la mitad de la gente que hace 10 años. Y la mayoría de los que estudian no son americanos. En la Argentina, creo que la educación en ciencias sociales ha avanzado mucho sobre la ingeniería en general.


-¿A qué se debe este problema mundial?


-Hay que estudiar mucho y son cosas áridas para la mayoría de los humanos. En la Facultad estudiás matemática, estadística, física, química, de forma muy profunda.


-¿Cuál sería la solución?


-Hay que revivir toda la cadena, que empieza en las escuelas industriales. La escuela es el medio, y el atractivo es la gran empleabilidad; creo que esto tendría que desarrollar una dinámica.


-¿Cómo es el plan de carrera de la empresa?


-A un alto porcentaje de nuestra gente se le paga la educación relacionada con lo que nos interesa. Desde el punto de vista interno, está articulado en los cursos que tenés que hacer en primer año, para los próximos dos años y las permanentes actualizaciones. Cada supervisor se sienta una vez al año con su supervisado y revisan lo hecho. De ahí sale un plan con metas claras. También tenemos el concepto de un mentor; vos podés elegir de quién querés aprender en la empresa.


-¿Qué define a un buen coacher?


-En coaching hay que enfocarse en el desarrollo de la persona y no tanto en la carrera. Algunos se han ido porque les ofrecían otras cosas. Es bueno porque quiere decir que somos buenos formadores. Hay que ayudar a la gente a salir al mundo.




Hoja de vida


Rolando Meninato, de 52 años, está casado con Ivonne y tienen cuatro hijos. Estudió en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Es ingeniero agrónomo, egresado de la UBA. Realizó un MBA en la Xavier University de Cincinnati, Estados Unidos. Hasta hace algunos años jugaba al rugby, actualmente practica golf y sale a correr. Su hobby es la lectura. “Por lo general leo dos libros al mismo tiempo. Elijo una novela en inglés para ejercitar el idioma, y libros de economía y recursos humanos”.




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