La presidente de Bodegas Chandon Argentina y Uruguay habló de su experiencia laboral.
Margareth Henriquez, es uno de los contados ejemplos de mujeres al mando de empresas. Su oficina, muy bien decorada, moderna y espaciosa, esta presidida por un gran cuadro que representa la parte superior de una botella de champagne, es decir el corcho y el bozal. De gran sencillez, pero con una increíble profundidad y realismo, es testigo de su agitado día. Este cuadro, realizado por M. Sola, mereció un premio en las bienales culturales que realiza la bodega desde hace 20 años.
En 1743 Claude Moët funda en Epernay, Francia, la Maison Moët, bodega que en 1832 se transformará en Moët & Chandon.
En 1955, la bodega estaba presidida por el Conde Robert Jean de Vogüé, quien encargó al enólogo Renaud Poirier, que estudiara en qué país debía establecerse la bodega. Entre los años 1957 y 1959, Poirier recorrió varios puntos de Sudamérica, incluida la Argentina. Tras diversos ensayos, Agrelo, al sur de Mendoza, se convirtió en el lugar ideal para instalarse.
En 1987 Moët & Chandon se unió a Louis Vuitton para formar el grupo mundial LVMH (Moët Hennessy-Louis Vuitton). En 1998, el Grupo LVMH tomó el control de Bodegas Chandon.
En 1999, la empresa concretó un anhelado proyecto con vocación exportadora: se inauguró en Perdriel, Luján de Cuyo, Bodega Terrazas de los Andes, destinada exclusivamente a la elaboración de vinos de primer nivel.
Argentina es el quinto país más consumidor de vinos y el quinto productor de vinos del mundo.
¿Qué son los recursos humanos?
Los recursos humanos en una empresa son lo que le da el valor agregado al capital inicial. Cuando tú dices el capital era de 100 y la empresa hoy vale 60 millones, esa diferencia es resultado del aporte del recurso humano. En el pasado se competía por eficiencia, hoy con la tecnología las empresas prácticamente pueden hacer todas lo mismo o muy parecido. Entonces la diferencia viene por la capacidad de innovar.
Eficiencia referida a los procesos...
Claro. Innovación en el tipo de uva, en los viñedos, en la calidad, todo esto es capital humano que suma valor. La calidad no sale sola en nada. El trabajo del viñedo es intenso, difícil, duro, tú ves que una persona ha trabajado ese viñedo con amor durante 6 u 8 meses y en una hora se desaparece por un granizo y no quedó nada. Pero vuelve a empezar con la fe de que no le va a volver a pasar. Todo es por la gente.
El trabajo artesanal ¿marca diferencia en el vino?
Sí. Viñas nuevas a veces las puedes preparar para hacer cosechas mecánicas, depende del tipo de vino al que apuntes. Los viñedos que fueron plantados hace muchos años en determinados espacios no fueron preparados ni estarán nunca para cosechas mecánicas. Hoy el problema en Mendoza es la mano de obra. Volvemos al tema gente. Las empresas quedan, la gente pasa, pero ese pasar es lo que le va agregando valor.
¿Cómo eligió su carrera?
A diferencia de mucha gente que tiene todo muy claro, o esa vocación desde chico, yo soy el otro lado. Lo único que siempre tuve claro es que cada día yo lo vivía intensamente. Estaba estudiando inglés en Londres, después de la escuela. Me fui a Paris, quería mejorar mi francés. En Inglaterra terminé en junio y decidí irme hasta septiembre a La Sorbona. En Venezuela, para entrar a la universidad, tenía que presentar los exámenes a fines de junio. La única que me permitió ingresar sin hacerlos era donde estudiaba mi hermana. Además era la que me quedaba más cómoda de mi casa, llegaba en menos tiempo y me recibía en octubre. Lo único parecido a lo que me gustaba era ingeniería química, fui buena estudiante en el colegio. Una vez un profesor me dice Niña usted no tiene paciencia para esto, me volvía loca viendo los cristales soy muy inquieta, abrieron una carrera nueva y puede ser que le convenga. Así es como yo termino haciendo sistemas, soy la segunda promoción de Caracas.
¿Ha trabajado en el área de sistemas?
Desde el año 78 hasta el año 86. Empecé clasificando productos, construyendo las fórmulas de los sistemas de producción, finanzas y distribución. La profundidad en que yo conozco la operación de las empresas, que puede variar pero la esencia es la misma, es una plataforma muy sólida para después crecer como gerente general.
¿Cómo se produce el paso al área comercial?
Porque hay una crisis me aceptan, sino no pasan estas cosas. Trabajaba mucho con el equipo de ventas para diseñar los programas, los reportes. Entro por alguien a quien yo ayudo, no hay nada planeado. Es un poco viviendo el flujo y sobre todo viviendo intensamente los momentos. Dedicándome a hacer lo que realmente tengo que hacer hoy, no porque lo que esto va a representar para mañana sino por lo que esto representa hoy. Esto es el común denominador y después las oportunidades. Es una combinación de suerte, actitud, aptitud, una mezcla. No hay fórmulas.
¿Se necesita de una crisis para estos cambios?
Cuando tú estas en un área de dirección, sí. Habíamos desarrollado una herramienta con mucho éxito. Me invitaban a dar conferencias para explicarla. Yo estaba fascinada, me sentía la reina. Eran los 80, apenas se estaban comenzando con las primeras instalaciones en Latinoamérica, había muy poca experiencia. Un señor tenía un problema y lo ayudé a resolverlo. Me quiso pagar y le dije que de ninguna manera. Yo te puedo ayudar a planificar tu carrera, y le digo bueno. Que quisieras ser tú, contesté como para salir del paso, quiero ser lo que tú eres cuando tenga tu edad. El tenía 40 años y era presidente de una empresa y yo 28. Hay que sacarte inmediatamente del área de operaciones y tienes que pasarte al área comercial, me dio como 8 libros, con esto ya vas a ir entendiendo el tema. Luego haces cursos pero esto es sentido común y buen gusto. Por supuesto que después vas descubriendo que es mucho más que eso. Le digo a mi jefe que quiero ir a marketing, casi se muere. Dijo si tú no eres soñadora, me sentí muy herida. Tenía muchas más cosas de soñadora que hoy, escribía libros de poesías, canciones, tenía un teatro de marionetas. Al día siguiente llegué con todas mis cosas. Le dije todos los sistemas que están instalados acá los he soñado, yo me paraba a las 4 de la mañana y escribía las fórmulas. El no había tenido receptividad a mi comentario pero dejé la semilla. Los planes no estaban hechos, no había presupuesto. Se pelea con el director y lo despide, no tiene tiempo para buscar a alguien y ponerse al día. Trabajé muchísimo. Cuando me dan la parte de marketing, la empresa para ese año proyectaba pérdidas y a partir de octubre ya comienza a dar ganancias.
No es poco el mérito, revertir esa situación
Siempre me ha tocado entrar con una crisis a nivel país, o de la empresa o de ambos al mismo tiempo. En México la empresa tenía una crisis profunda y el país estaba con el tequila. Era un proyecto enorme, tal vez el más complicado.
En la conducción, ¿cuanto hay de teoría y cuanto de sueños?
80% en sueños, es clarísimo. Tienes una visión y luego tienes un 20% de cosas técnicas. Obviamente que hay una metodología, pero yo no te puedo decir que las ideas llegaron por la metodología. Hay una parte que tiene mucho de intuición y de visión, no pasa por los libros.
¿La mujer posee mejor visión e intuición que el hombre?
No, eso no tiene género. Tiene que ver con la conexión, con el abrirse a las redes. Esto tampoco viene solo. Yo llegaba a un país, a una empresa, y buscaba reconectar con toda la gente que era parte de la empresa y con los que estuvieron. Para entender que es lo que ellos vieron, adonde iban, que me podían dar. La información fluye y ahí es donde viene la clave para resolver temas de negocios.
¿Porque no es tan común que la mujer sea CEO de una empresa?
No son muchos los años en que las mujeres han comenzado a participar activamente en el mundo laboral. No es tan fácil. Las personas tienen que hacer lo que les hace sentir bien. La vida del trabajo intenso con hijos es duro. Hay un cliché que dice no es cantidad, es calidad. Es ambas. He tenido poco tiempo para mis hijos. Cuidé mucho de la gente que me ayudó. Nunca iba a gastar dinero en cosas superfluas, tenía que invertir en crear una seguridad profesional y de progreso. Eso costó mucho, por años todo lo que ganaba. Soy muy poco apegada a los temas de dinero. Me interesa mucho más en cuidar y aportar.
Valió la pena el esfuerzo
Ayudas y la vida te ayuda. No hay que esperar nada de nadie a cambio, hay que hacerlo porque genuinamente te da satisfacción. Lo que tu vas dando, sembrando, viene por otro lado. Esto lo viví en mi casa, porque mis padres siempre fueron así y la vida siempre los trató maravillosamente bien. El primer bono que me dieron en mi vida, lo usé para señar la casa de la señora que cuidaba a mis hijos. En la vida hay que invertir, no se puede pensar que las cosas se hacen solas y que uno puede solo. Es una interdependencia permanente con la gente.
¿Qué competencias se necesitan para trabajar en Chandon?
En general, sacando las técnicas de cada puesto, buscamos gente muy comprometida, con mucha pasión, segura de sí mismo, con cierta visión. Con una capacidad enorme de enamorarse de lo que hace. La calidad humana es muy importante para mí.
¿Cómo es el argentino en el trabajo?
En Argentina hay mucho talento. Yo hacía desayunos, que debería restablecerlos, con gente en la bodega, 10 personas para poder conocerlos mejor. Es un placer y se ve el talento que hay en distintos niveles. Se puede conversar de todo, la gente esta informada, todavía se lee bastante. El argentino en general te dice no muy rápidamente, pero luego del proceso de trabajar para convencerlo, cuando te dice que sí ya tú te puedes despreocupar. Es el opuesto a México. En México te dicen de primera pues claro que sí, pero no es nada. Significa que estoy delante de ti y nada más. Si yo hubiera trabajado con el argentino en el nivel de seguimiento que trabajaba en México, ya me hubieran quemado en la hoguera. Al mexicano no les gusta el conflicto. Entonces si no haces seguimiento no llega al final. Hay que ceder la idiosincrasia. Aquí tienen a Félix Luna, Marcos Aguinis, en México a Octavio Paz y eso te nutre de información para conocer a la gente y adaptarse. No se puede pensar que ellos se tienen que adaptar a ti. El argentino es frontal, le gusta discutir. Pero eso hace que el acuerdo sea genuino.
Adaptarse significa ponerse en el lugar del otro, tener humildad
Esa es la palabra clave. Trato de mantener siempre una actitud de agradecimiento. La actitud de agradecimiento es el punto medio entre la total humildad y la total arrogancia. Hay un equilibrio fantástico. Si hay que moverse hacia algún lado, es para la humildad. Cuando tú crees que sabes todo, no existe. Es insoportable. Yo soy muy apasionada, entonces puede ser que la otra persona ante tanta pasión se intimida.
¿Vale la pena trabajar sin pasión?
No. Hasta con las cosas más aburridas siempre sentía que estaba enviando un cohete a la luna. Los listados enormes para corregir las fórmulas, que trabajo fastidioso! No sólo tienes que hacer lo que te gusta, también aprender a que te guste lo que estas haciendo. Esto te da la energía. Una fuente de energía va a ser siempre la adrenalina, todos vivimos con eso. Si yo hubiera trabajado solo con esta energía, hoy estaría acabada, enferma. La parte de disfrute, de placer, tiene un peso importante, porque esto es lo que te produce la endorfina. Que se produce cuando estas contento, disfrutas, es regenerativa. Es la combinación de las dos lo que te permite seguir haciendo las cosas y estar en condiciones físicas y psíquicas.
¿Cómo ha manejado el tema del desarraigo y la familia?
Yo fui a México y mi marido vino conmigo. Pero en realidad una de las razones por las cuales me fui es porque mi relación no era buena y yo no me quería divorciar en Venezuela. Yo siempre fui muy independiente, de chiquita no iba a desayunar para no tener que decir buenos días. Mi mamá me decía bravi, siempre estaba brava. No me gustaba la gente. Entonces no me gustaba el tema de que todos se metieran en mi divorcio. Además quería seguir mi carrera internacional. Y entendí que era muy saludable para mis hijos que tuvieran experiencias en otro lado.
¿Qué consejo le daría a un joven profesional?
Que aprendiera chino, inglés perfecto y que trate de buscar experiencias en el mundo. Hay que salir. Las empresas son globales, la gente busca gente con una visión global. Si yo tuviera 25 años, estaría apuntando a Australia que esta buscando ingenieros y juventud, no tienen suficiente mano de obra y profesionales.
¿El argentino aplica en el mundo?
No sé si aplica lo suficiente. No es tan fácil, Argentina tiene una calidad de vida alta. Yo creo que talento sobra pero es arraigado a la tierra. A la hora de la crisis quieren todos salir corriendo, esto es igual con los venezolanos. Una de las cosas que a mí me ayudó en mi desarrollo es hacer cosas que no hacía mucha gente. En aquel tiempo era sistemas, que era muy nuevo. Cuando yo te digo ir a Australia o a China es algo que no esta haciendo mucha gente.
Hoja de vida
Margareth Enriquez tiene 51 años, nació en Caracas, Venezuela. Además posee la nacionalidad holandesa. Esta divorciada y tiene dos hijos, Imanol de 27 y Alejandro de 22 años. Estudió en el colegio Sagrado Corazón de su ciudad natal. “Las monjas eran unas rebeldes, eso también influyó. Era un colegio católico y en ese tiempo había salido el catecismo holandés, que era tremendo y ellas quisieron que los alumnos estudiaran este catecismo que cuestionaba toda la religión católica. Los padres se opusieron. Ellas dijeron si ustedes no quieren criar a las niñas con una cabeza abierta, la concepción de que hay muchas opiniones y que las tenemos que formar en el conocimiento de las distintas opiniones y no cerrándonos, nosotras no queremos educarlas. Se vendió el colegio a los padres claretianos y ahí estudiaron mis hijos.” Es egresada de la carrera de ingeniería en sistemas de la Universidad Metropolitana de Caracas. Además realizó un programa de gerencia avanzada en Harvard. Actualmente esta realizando un doctorado en bussiness dictado por Eseade de Argentina y el Swiss Management Center. Realiza diferentes deportes como tenis, bicicleta, esquí de agua y nieve, gimnasia de todo tipo y golf. Entre sus hobbies destacó leer, “realicé un taller de teatro con Dora Baret. Me gusta la música, en especial la ópera y el ballet. Me encanta el arte. El folklore”. Henriquez tiene a cargo Argentina y Uruguay donde trabajan 453 personas.
Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/935551
Los recursos humanos en una empresa son lo que le da el valor agregado al capital inicial. Cuando tú dices el capital era de 100 y la empresa hoy vale 60 millones, esa diferencia es resultado del aporte del recurso humano. En el pasado se competía por eficiencia, hoy con la tecnología las empresas prácticamente pueden hacer todas lo mismo o muy parecido. Entonces la diferencia viene por la capacidad de innovar.
Eficiencia referida a los procesos...
Claro. Innovación en el tipo de uva, en los viñedos, en la calidad, todo esto es capital humano que suma valor. La calidad no sale sola en nada. El trabajo del viñedo es intenso, difícil, duro, tú ves que una persona ha trabajado ese viñedo con amor durante 6 u 8 meses y en una hora se desaparece por un granizo y no quedó nada. Pero vuelve a empezar con la fe de que no le va a volver a pasar. Todo es por la gente.
El trabajo artesanal ¿marca diferencia en el vino?
Sí. Viñas nuevas a veces las puedes preparar para hacer cosechas mecánicas, depende del tipo de vino al que apuntes. Los viñedos que fueron plantados hace muchos años en determinados espacios no fueron preparados ni estarán nunca para cosechas mecánicas. Hoy el problema en Mendoza es la mano de obra. Volvemos al tema gente. Las empresas quedan, la gente pasa, pero ese pasar es lo que le va agregando valor.
¿Cómo eligió su carrera?
A diferencia de mucha gente que tiene todo muy claro, o esa vocación desde chico, yo soy el otro lado. Lo único que siempre tuve claro es que cada día yo lo vivía intensamente. Estaba estudiando inglés en Londres, después de la escuela. Me fui a Paris, quería mejorar mi francés. En Inglaterra terminé en junio y decidí irme hasta septiembre a La Sorbona. En Venezuela, para entrar a la universidad, tenía que presentar los exámenes a fines de junio. La única que me permitió ingresar sin hacerlos era donde estudiaba mi hermana. Además era la que me quedaba más cómoda de mi casa, llegaba en menos tiempo y me recibía en octubre. Lo único parecido a lo que me gustaba era ingeniería química, fui buena estudiante en el colegio. Una vez un profesor me dice Niña usted no tiene paciencia para esto, me volvía loca viendo los cristales soy muy inquieta, abrieron una carrera nueva y puede ser que le convenga. Así es como yo termino haciendo sistemas, soy la segunda promoción de Caracas.
¿Ha trabajado en el área de sistemas?
Desde el año 78 hasta el año 86. Empecé clasificando productos, construyendo las fórmulas de los sistemas de producción, finanzas y distribución. La profundidad en que yo conozco la operación de las empresas, que puede variar pero la esencia es la misma, es una plataforma muy sólida para después crecer como gerente general.
¿Cómo se produce el paso al área comercial?
Porque hay una crisis me aceptan, sino no pasan estas cosas. Trabajaba mucho con el equipo de ventas para diseñar los programas, los reportes. Entro por alguien a quien yo ayudo, no hay nada planeado. Es un poco viviendo el flujo y sobre todo viviendo intensamente los momentos. Dedicándome a hacer lo que realmente tengo que hacer hoy, no porque lo que esto va a representar para mañana sino por lo que esto representa hoy. Esto es el común denominador y después las oportunidades. Es una combinación de suerte, actitud, aptitud, una mezcla. No hay fórmulas.
¿Se necesita de una crisis para estos cambios?
Cuando tú estas en un área de dirección, sí. Habíamos desarrollado una herramienta con mucho éxito. Me invitaban a dar conferencias para explicarla. Yo estaba fascinada, me sentía la reina. Eran los 80, apenas se estaban comenzando con las primeras instalaciones en Latinoamérica, había muy poca experiencia. Un señor tenía un problema y lo ayudé a resolverlo. Me quiso pagar y le dije que de ninguna manera. Yo te puedo ayudar a planificar tu carrera, y le digo bueno. Que quisieras ser tú, contesté como para salir del paso, quiero ser lo que tú eres cuando tenga tu edad. El tenía 40 años y era presidente de una empresa y yo 28. Hay que sacarte inmediatamente del área de operaciones y tienes que pasarte al área comercial, me dio como 8 libros, con esto ya vas a ir entendiendo el tema. Luego haces cursos pero esto es sentido común y buen gusto. Por supuesto que después vas descubriendo que es mucho más que eso. Le digo a mi jefe que quiero ir a marketing, casi se muere. Dijo si tú no eres soñadora, me sentí muy herida. Tenía muchas más cosas de soñadora que hoy, escribía libros de poesías, canciones, tenía un teatro de marionetas. Al día siguiente llegué con todas mis cosas. Le dije todos los sistemas que están instalados acá los he soñado, yo me paraba a las 4 de la mañana y escribía las fórmulas. El no había tenido receptividad a mi comentario pero dejé la semilla. Los planes no estaban hechos, no había presupuesto. Se pelea con el director y lo despide, no tiene tiempo para buscar a alguien y ponerse al día. Trabajé muchísimo. Cuando me dan la parte de marketing, la empresa para ese año proyectaba pérdidas y a partir de octubre ya comienza a dar ganancias.
No es poco el mérito, revertir esa situación
Siempre me ha tocado entrar con una crisis a nivel país, o de la empresa o de ambos al mismo tiempo. En México la empresa tenía una crisis profunda y el país estaba con el tequila. Era un proyecto enorme, tal vez el más complicado.
En la conducción, ¿cuanto hay de teoría y cuanto de sueños?
80% en sueños, es clarísimo. Tienes una visión y luego tienes un 20% de cosas técnicas. Obviamente que hay una metodología, pero yo no te puedo decir que las ideas llegaron por la metodología. Hay una parte que tiene mucho de intuición y de visión, no pasa por los libros.
¿La mujer posee mejor visión e intuición que el hombre?
No, eso no tiene género. Tiene que ver con la conexión, con el abrirse a las redes. Esto tampoco viene solo. Yo llegaba a un país, a una empresa, y buscaba reconectar con toda la gente que era parte de la empresa y con los que estuvieron. Para entender que es lo que ellos vieron, adonde iban, que me podían dar. La información fluye y ahí es donde viene la clave para resolver temas de negocios.
¿Porque no es tan común que la mujer sea CEO de una empresa?
No son muchos los años en que las mujeres han comenzado a participar activamente en el mundo laboral. No es tan fácil. Las personas tienen que hacer lo que les hace sentir bien. La vida del trabajo intenso con hijos es duro. Hay un cliché que dice no es cantidad, es calidad. Es ambas. He tenido poco tiempo para mis hijos. Cuidé mucho de la gente que me ayudó. Nunca iba a gastar dinero en cosas superfluas, tenía que invertir en crear una seguridad profesional y de progreso. Eso costó mucho, por años todo lo que ganaba. Soy muy poco apegada a los temas de dinero. Me interesa mucho más en cuidar y aportar.
Valió la pena el esfuerzo
Ayudas y la vida te ayuda. No hay que esperar nada de nadie a cambio, hay que hacerlo porque genuinamente te da satisfacción. Lo que tu vas dando, sembrando, viene por otro lado. Esto lo viví en mi casa, porque mis padres siempre fueron así y la vida siempre los trató maravillosamente bien. El primer bono que me dieron en mi vida, lo usé para señar la casa de la señora que cuidaba a mis hijos. En la vida hay que invertir, no se puede pensar que las cosas se hacen solas y que uno puede solo. Es una interdependencia permanente con la gente.
¿Qué competencias se necesitan para trabajar en Chandon?
En general, sacando las técnicas de cada puesto, buscamos gente muy comprometida, con mucha pasión, segura de sí mismo, con cierta visión. Con una capacidad enorme de enamorarse de lo que hace. La calidad humana es muy importante para mí.
¿Cómo es el argentino en el trabajo?
En Argentina hay mucho talento. Yo hacía desayunos, que debería restablecerlos, con gente en la bodega, 10 personas para poder conocerlos mejor. Es un placer y se ve el talento que hay en distintos niveles. Se puede conversar de todo, la gente esta informada, todavía se lee bastante. El argentino en general te dice no muy rápidamente, pero luego del proceso de trabajar para convencerlo, cuando te dice que sí ya tú te puedes despreocupar. Es el opuesto a México. En México te dicen de primera pues claro que sí, pero no es nada. Significa que estoy delante de ti y nada más. Si yo hubiera trabajado con el argentino en el nivel de seguimiento que trabajaba en México, ya me hubieran quemado en la hoguera. Al mexicano no les gusta el conflicto. Entonces si no haces seguimiento no llega al final. Hay que ceder la idiosincrasia. Aquí tienen a Félix Luna, Marcos Aguinis, en México a Octavio Paz y eso te nutre de información para conocer a la gente y adaptarse. No se puede pensar que ellos se tienen que adaptar a ti. El argentino es frontal, le gusta discutir. Pero eso hace que el acuerdo sea genuino.
Adaptarse significa ponerse en el lugar del otro, tener humildad
Esa es la palabra clave. Trato de mantener siempre una actitud de agradecimiento. La actitud de agradecimiento es el punto medio entre la total humildad y la total arrogancia. Hay un equilibrio fantástico. Si hay que moverse hacia algún lado, es para la humildad. Cuando tú crees que sabes todo, no existe. Es insoportable. Yo soy muy apasionada, entonces puede ser que la otra persona ante tanta pasión se intimida.
¿Vale la pena trabajar sin pasión?
No. Hasta con las cosas más aburridas siempre sentía que estaba enviando un cohete a la luna. Los listados enormes para corregir las fórmulas, que trabajo fastidioso! No sólo tienes que hacer lo que te gusta, también aprender a que te guste lo que estas haciendo. Esto te da la energía. Una fuente de energía va a ser siempre la adrenalina, todos vivimos con eso. Si yo hubiera trabajado solo con esta energía, hoy estaría acabada, enferma. La parte de disfrute, de placer, tiene un peso importante, porque esto es lo que te produce la endorfina. Que se produce cuando estas contento, disfrutas, es regenerativa. Es la combinación de las dos lo que te permite seguir haciendo las cosas y estar en condiciones físicas y psíquicas.
¿Cómo ha manejado el tema del desarraigo y la familia?
Yo fui a México y mi marido vino conmigo. Pero en realidad una de las razones por las cuales me fui es porque mi relación no era buena y yo no me quería divorciar en Venezuela. Yo siempre fui muy independiente, de chiquita no iba a desayunar para no tener que decir buenos días. Mi mamá me decía bravi, siempre estaba brava. No me gustaba la gente. Entonces no me gustaba el tema de que todos se metieran en mi divorcio. Además quería seguir mi carrera internacional. Y entendí que era muy saludable para mis hijos que tuvieran experiencias en otro lado.
¿Qué consejo le daría a un joven profesional?
Que aprendiera chino, inglés perfecto y que trate de buscar experiencias en el mundo. Hay que salir. Las empresas son globales, la gente busca gente con una visión global. Si yo tuviera 25 años, estaría apuntando a Australia que esta buscando ingenieros y juventud, no tienen suficiente mano de obra y profesionales.
¿El argentino aplica en el mundo?
No sé si aplica lo suficiente. No es tan fácil, Argentina tiene una calidad de vida alta. Yo creo que talento sobra pero es arraigado a la tierra. A la hora de la crisis quieren todos salir corriendo, esto es igual con los venezolanos. Una de las cosas que a mí me ayudó en mi desarrollo es hacer cosas que no hacía mucha gente. En aquel tiempo era sistemas, que era muy nuevo. Cuando yo te digo ir a Australia o a China es algo que no esta haciendo mucha gente.
Hoja de vida
Margareth Enriquez tiene 51 años, nació en Caracas, Venezuela. Además posee la nacionalidad holandesa. Esta divorciada y tiene dos hijos, Imanol de 27 y Alejandro de 22 años. Estudió en el colegio Sagrado Corazón de su ciudad natal. “Las monjas eran unas rebeldes, eso también influyó. Era un colegio católico y en ese tiempo había salido el catecismo holandés, que era tremendo y ellas quisieron que los alumnos estudiaran este catecismo que cuestionaba toda la religión católica. Los padres se opusieron. Ellas dijeron si ustedes no quieren criar a las niñas con una cabeza abierta, la concepción de que hay muchas opiniones y que las tenemos que formar en el conocimiento de las distintas opiniones y no cerrándonos, nosotras no queremos educarlas. Se vendió el colegio a los padres claretianos y ahí estudiaron mis hijos.” Es egresada de la carrera de ingeniería en sistemas de la Universidad Metropolitana de Caracas. Además realizó un programa de gerencia avanzada en Harvard. Actualmente esta realizando un doctorado en bussiness dictado por Eseade de Argentina y el Swiss Management Center. Realiza diferentes deportes como tenis, bicicleta, esquí de agua y nieve, gimnasia de todo tipo y golf. Entre sus hobbies destacó leer, “realicé un taller de teatro con Dora Baret. Me gusta la música, en especial la ópera y el ballet. Me encanta el arte. El folklore”. Henriquez tiene a cargo Argentina y Uruguay donde trabajan 453 personas.
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